¡Quién puede olvidar aquel día en el que "Pichuco" te autografió la gorra!
Pucho es un símbolo de la música ciudadana. Contra viento y marea, ha sabido ingeniárselas para poder practicar con su bandoneón. Su "amo y maestro" a lo largo de los años no ha sido muy comprensivo que digamos y quizás por ello Puchito no pudo trascender internacionalmente. Miren, por ejemplo, la siguiente secuencia de imágenes:
Quizás no haya llegado a ser el ídolo de los cien barrios porteños, pero desde aquí Puchito siempre contará con nuestro reconocimiento y respeto, por ser una de las figuras más representativas del tango. ¡Sin duda alguna!
¡Cómo no recordar su obra cumbre, el tango POBRE ARRABAL! Aquel que ensayara a destajo en los momentos de tranquilidad, cuando el Profesor Neurus estuviera demasiado concentrado en sus inventos...
Aquel tanguito que le permitiera obtener las felicitaciones y el reconocimiento de Hijitus...
¡Tocá maestro! Te escuchamos...
Y a la noche, cuando te vayas a dormir, dale un beso a la foto de Gardel en el día de su cumpleaños.
Hijituslogía, desde Villa Gesell y en el Día Nacional del Tango.