Desde el 25 de agosto de 2008 recordando el fantástico mundo de Las Aventuras de Hijitus.

jueves, 20 de enero de 2011

Neurus, Doña Rosa y el pucherito que no pudo ser...




En todo barrio vive una "Doña Rosa". Es algo que está estadísticamente comprobado. Trulalá no podía escapar a la regla de tener una entre sus habitantes. Como podemos ver, la Doña Rosa trulalalera es una señora mayor, que aparentemente vive junto a su padre enfermo. Aquí se la puede ver desconsolada, sospechando que Neurus y Pucho acaban de robarle la gallina con la que pensaba preparar un caldito...



Hijitus, siempre listo a la hora de hacer justicia, decide intervenir en el asunto con la incondicional ayuda de su querido Pichichus...




Desde este espacio muchas veces tratamos de reinvindicar al "amo y maestro". El "Profe" no deja de deslumbrarnos con sus inventos, con su sabiduría suprema, con ese permanente instinto de superación pese a sus habituales fracasos. ¡Pero ésto es verdaderamente triste! Ver al "GRAN NEURUS" convertido en un miserable "ladrón de gallinas", es algo que no condice con su mente maquiavélica. Estamos acostumbrados a deslumbrarnos con sus investigaciones científicas, las que incluso le han significado ser reconocido internacionalmente (ya lo verán más adelante en otro post).
¿Quién no ha tenido una simpatía "cómplice" con el Profesor Neurus cuando presenta en sociedad su última creación con la que promete hacerse inmensamente rico y dominar al mundo? Por ello, hagamos la vista gorda y perdonémosle este desliz... ¡Qué no se nos caiga un ídolo! Veamos como sigue esta historia del "pucherito"...





¡Un imprevisto lo puede tener cualquiera! Cuando todo estaba listo para retorcerle el "gañote" (así le llaman en España al pescuezo de las gallinas) a la tierna avecilla, un "guau guau guau" los sorprende... ¡A quién no!




¡Rápida e ingeniosa solución la que propuso Hijitus! Claro, total el que arriesgó su pescuezo fue el pobre Pichichus... ¡Amiguitus son los amiguitus!
Pero volviendo a
"Doña Rosa", cerramos este post con una yapa:




Muchos años después de aquel incidente con la gallina, se vuelve a nombrar a "Doña Rosa"; esta vez es Pucho quien "le echa el ojo" al bomboncito de su hija, recibiendo el castigo de su definitivamente "misógeno" amo y maestro...

Por lo que se puede ver, Doña Rosa ha alimentado bien no sólo a sus gallinas sino también a "la nena"... Nunca se supo si Pucho llegó al menos a endulzarle los oídos con algún tanguito arrabalero...
¡Hasta la próxima! - HIJITUSLOGÍA.