¡Un pueblo, una ciudad, el mundo todo puede llegar a ser gobernado por un tirano! A veces la democracia nos conduce a elegir un intendente, un gobernador o un presidente/ta que en pocos años termina convirtiéndose en un déspota que se gana el desprecio hasta de aquellos que lo votaron...
No fue el caso de Trulalá en aquellos años, cuando "del cielo" apareció el GRAN TIRANO GIRAK con un poder supremo, procedente de algún lejano planeta (¡cuántos gobernantes que ha tenido nuestro país parecen haber venido de alguna galaxia lejana!)...
Pero dentro de todo, GIRAK supo rodearse de "grandes colaboradores", nombró a un par de ministros capaces y ambiciosos...